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miércoles, 24 de febrero de 2010

LA CRÍTICA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

En torno a nuestra tarea comunicativa existe una continua y algunas veces despiadada labor de crítica a la realidad que percibimos "injusta", convirtiéndonos en voceros de nuestras propias ideas de censura y buscando aquel "debe ser" desde una perspectiva que coincida de una forma u otra con el medio de comunicación al cual representamos.

Un amigo avezado en huir de los problemas y, por lo tanto, aún vivo en la labor periodística, me sugirió un día: "Le das un consejo a un sabio y conseguirás un amigo, le das un consejo a un necio y conseguirás un enemigo". Asentí ante tal pensamiento, pero cuán difícil resulta ejercerlo considerando que abundan los necios y escasean los sabios. Reconocer a estos últimos además es por lo general más difícil aún.

La tecnología ha permitido que los blogs se reproduzcan como conejos, en cuyos contenidos encontramos opiniones diversas y una barbaridad de críticas, muchas de ellas pobremente sustentadas. Sin embargo, de ser bien sustentadas, contribuirían enormemente al crecimiento social.

Día a día, el periodista se siente orientado a "dar un consejo" que nadie le ha pedido, pero que funcionalmente le exige la sociedad a través del medio de comunicación en el cual labora. Y nos gusta más cuando vamos a opinar, que cuando vamos a informar. Es decir, nos gusta criticar.

Opinar durante campaña electoral sugiere un "sálvese quien pueda" de la mordaz y sardónica forma de tratar a amigos y enemigos. Evidentemente, se nos reconocerá por un trato equitativo con ambos, ya que lo contrario supone "venta de nuestros servicios" y con ello "perdida absoluta de dignidad" y "credibilidad".


Quien se dedique a "dar opinión" se convertirá en el centro del espectáculo, habrá un público para él, siempre en cuando haya mantenido la credibilidad. Además, recibirá gratuitamente la crítica de su público. Nadie está libre de aquel buen consejo que todo ser humano está dispuesto a brindar, lo haga bien o no.

"Creer o no creer", he ahí el dilema que se nos presenta a diario. Cuestionar cuanto se diga en los medios de comunicación, analizarlos y verificar los hechos de los que se habla son pasos que deberían seguir los limeños, quienes "son consumidores de medios, pero confían poco en ellos. La televisión (93,6%) supera en consumo a los diarios (84,4%), que ocupan el segundo lugar. Sólo la Internet y la Radio alcanzan el 50% en los índices de confianza, aunque el consumo de Internet sigue siendo menor (15,4%). Los índices de desconfianza se entienden cuando señalan que la corrupción, la baja calidad de contenidos y la falta de ética son los principales problemas de los medios de comunicación".

Además, la política es el tema mediático por excelencia en campaña: "el público considera que los medios los informan medianamente sobre la política, que los medios influyen en la opinión política ciudadana (65%), que son oficialistas (42,5%), que son parciales durante las campañas electorales (69,3%); dato especialmente importante si perciben que los medios influyen mucho en las campañas electorales (84%). La comunicación política del gobierno con los ciudadanos es mayoritariamente regular (51,4%), situación similar tiene la comunicación del gobierno con los medios (50%)".

Dicho de otra forma, el público nos escuchará digamos lo que digamos, con un importante grado de desconfianza porque saben que no somos transparentes. Inevitable, todo medio de comunicación representa los intereses de determinado grupo.

A esto, debemos añadir que suele preocuparnos "el cómo criticar" para lograr reflexión y evitar la desaprobación condenatoria. Las intenciones siempre son buenas en la acción periodística, pero nuestras acciones, personificadas en cada una de las palabras que utilizaremos, serán medidas por otros críticos: nuestro público.

Una cosa es denunciar; y otra muy distinta, criticar. Para esta última, se tendrá que:

1. Delimitar el comportamiento que se quiere criticar.
2. Hacer que la crítica sea lo más específica posible.
3. Estar seguros de que el comportamiento que se critica es posible de cambiar.
4. Usar enunciados en primera persona y evitar amenazas y acusaciones.
5. Estar seguros que a quien se criticará entienda la crítica y la razón de la misma.
6. Criticar evitando los discursos largos.
7. Ofrecer incentivos para el cambio de comportamiento, y comprometerse a colaborar para resolver la situación.
8. Evitar los propios sentimientos negativos en nuestra crítica, sin matices de hostilidad o sarcasmo.
9. Demostrar nuestra empatía con los sentimientos o con el problema de quien se critica.
10. Reservar la crítica para el momento oportuno y el medio adecuado.
11. Prevenir toda reacción hostil a la crítica.
12. Reconocer y agradecer si la crítica produce resultados positivos.
Un buen comunicador es una persona capaz de motivar a cientos o a miles de personas, despertando entusiasmo hacia el logro de los objetivos propios de una sociedad democrática y justa. Por lo tanto, de la misma forma en que criticará, alabará para dar coherencia a su propio proceder. Por último, no olvidemos que:

"Mayor gloria se alcanza defendiendo que acusando"
Fuentes:
Zeta De Pozo, Rosa Angélica. Una mirada crítica de los medios de comunicación. http://www.dircom.udep.edu.pe/boletin/viewArt.php?art=2132
Cómo criticar con éxito y corrección. http://moneon.foroactivo.com/general-f3/como-criticar-con-exito-y-correccion-t425.htm

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