Los avances tecnológicos son cada vez más rápidos, y en un mundo en constante competencia, se hace imprescindible acceder a la información de la manera más rápida y eficiente. Por ello, el uso de las TICs son los medios imprescindibles de difusión del conocimiento.
Con el concepto de brecha digital se inicia la reflexión alrededor del impacto social de las tecnologías de información y comunicación (TICs). Desde entonces se percibe que estas tecnologías van a producir diferencias en las oportunidades de desarrollo de las poblaciones y que se establecerá una distancia entre aquellas que tienen o no tienen acceso a las mismas.
La brecha digital se trata de la diferencia entre individuos, grupos o áreas geográficas, diferencia que se refiere al acceso, utilización y capacidad o habilidad en el uso de las TICs. Obviamente, debido a la importancia actual de éstas se tiende a hacer especial hincapié en ellas a la hora de analizar la brecha.
Algunos tienden a darle mayor peso al acceso a las tecnologías mientras otros le dan mayor importancia a la habilidad en el uso de las TICs. De tal forma que, la modernidad y la competencia van de la mano con poder alcanzar esta tecnología; y, con ello, también la posibilidad de mejorar el nivel de vida.
La realidad es que la tecnología no es el fin, sino el medio; medio que puesto al servicio del hombre ayuda a éste a elevar su nivel de vida, a alcanzar mayores niveles de satisfacción de sus necesidades, y por ende, a posibilitar que una sociedad alcance el desarrollo.
Se proponen tres tipos de brecha digital: la de acceso, basada en la diferencia entre las personas que pueden acceder, y las que no, a las TICs; la de uso, basada en las personas que saben utilizarlas y las que no; y las de la calidad del uso, basada en las diferencias entre los mismos usuarios.
Son varios los enfoques sobre las TICs. Uno de estos enfoques, es el enfoque hacia la infraestructura, es decir, la posibilidad/dificultad de disponer de computadoras conectadas a la red mundial. Esto incluye también el problema de servidores. Podemos decir que los países del sur siguen dependientes de los equipamientos del norte.
Otro enfoque es hacia la capacitación, es decir, la capacidad/dificultad de usar estas tecnologías. Se empezó a contemplar que también existe una diferencia relacionada con las habilidades y capacidades para utilizar adecuadamente la tecnología y no solamente con la posibilidad de disponer de computadoras. En este sentido, se comienza a desarrollar el concepto de alfabetización digital relacionado con el de brecha digital.
También tenemos el enfoque hacia el uso de los recursos, que se refiere a la limitación/posibilidad que tienen las personas para utilizar los recursos disponibles en la red.
En los últimos tiempos, se ha integrado en el concepto de brecha digital las posibilidades de utilizar la tecnología no solamente para acceder a la información y el conocimiento, sino también a un nuevo modo de educación y para aprovechar de las “nuevas oportunidades” como el desarrollo de los negocios, la atención médica en línea, el teletrabajo, el disfrute de nuevas formas de entretenimiento y ocio.
Basados en estos elementos, muchos de los organismos internacionales han definido una política de desarrollo orientada a la reducción de la brecha digital. Sin embargo, a pesar de la evolución en el concepto, se enfatiza principalmente en el desarrollo de la infraestructura tecnológica. Las inversiones y las políticas nacionales para la reducción de la brecha digital siguen orientadas principalmente hacia el desarrollo de la conectividad.
Si analizamos en cambio, el proceso de innovación externa, los avances tecnológicos, y las necesidades internas, es fácil darse cuenta que la brecha digital no sólo no se esta cerrando, sino que por el contrario esta se esta ampliando, ya que no faltan computadoras y acceso tecnológico sólo en las provincias y escuelas más alejadas, sino que no existen políticas públicas claras sobre el uso de la tecnología y su desarrollo.
La sociedad del conocimiento, no es un elemento que podemos copiar o comprar con facilidad, no es gastar solamente en equipos de cómputo, sino que es la consecución de un proceso de cambio y transformación, que puede tomar muchos años si se lleva a cabo de la manera errónea, no surge espontáneamente, sino que es una evolución de la sociedad de la información, basada en redes, esto es que las comunidades o grupos humanos, primero deben haber aprendido a usar la información para crear desarrollo. El valor agregado que van dando a la información, la capacidad de saber como usarla (“know-how”) y la suma de otros elementos culturales van perfilando una sociedad en la cual el capital humano adecuadamente educado pueda ser capaz de elevar el nivel de vida de su entorno.
El acceder a la sociedad del conocimiento, y por ende cerrar la brecha digital, implica algunos elementos básicos, tales como: facilitar la conectividad de todos los miembros de la sociedad, lograr que las diferentes instancias de gobierno faciliten el acceso a la información y a la gestión a los integrantes de su comunidad por medios electrónicos de los cuales incluso los más pobres puedan integrarse en este proceso, mejorar el nivel de uso y desarrollo de TIC, no creando cursos u obligando a aprender paquetes informáticos sino facilitando el acceso a software que satisfaga las necesidades de los diferentes grupos humanos.
Es imprescindible que se den políticas públicas claras sobre lo que se va a hacer y la forma de hacerlo, para cerrar la brecha digital, a partir del gobierno central, de los ministerios competentes y de los gobiernos regionales.
Con el concepto de brecha digital se inicia la reflexión alrededor del impacto social de las tecnologías de información y comunicación (TICs). Desde entonces se percibe que estas tecnologías van a producir diferencias en las oportunidades de desarrollo de las poblaciones y que se establecerá una distancia entre aquellas que tienen o no tienen acceso a las mismas.
La brecha digital se trata de la diferencia entre individuos, grupos o áreas geográficas, diferencia que se refiere al acceso, utilización y capacidad o habilidad en el uso de las TICs. Obviamente, debido a la importancia actual de éstas se tiende a hacer especial hincapié en ellas a la hora de analizar la brecha.
Algunos tienden a darle mayor peso al acceso a las tecnologías mientras otros le dan mayor importancia a la habilidad en el uso de las TICs. De tal forma que, la modernidad y la competencia van de la mano con poder alcanzar esta tecnología; y, con ello, también la posibilidad de mejorar el nivel de vida.
La realidad es que la tecnología no es el fin, sino el medio; medio que puesto al servicio del hombre ayuda a éste a elevar su nivel de vida, a alcanzar mayores niveles de satisfacción de sus necesidades, y por ende, a posibilitar que una sociedad alcance el desarrollo.
Se proponen tres tipos de brecha digital: la de acceso, basada en la diferencia entre las personas que pueden acceder, y las que no, a las TICs; la de uso, basada en las personas que saben utilizarlas y las que no; y las de la calidad del uso, basada en las diferencias entre los mismos usuarios.
Son varios los enfoques sobre las TICs. Uno de estos enfoques, es el enfoque hacia la infraestructura, es decir, la posibilidad/dificultad de disponer de computadoras conectadas a la red mundial. Esto incluye también el problema de servidores. Podemos decir que los países del sur siguen dependientes de los equipamientos del norte.
Otro enfoque es hacia la capacitación, es decir, la capacidad/dificultad de usar estas tecnologías. Se empezó a contemplar que también existe una diferencia relacionada con las habilidades y capacidades para utilizar adecuadamente la tecnología y no solamente con la posibilidad de disponer de computadoras. En este sentido, se comienza a desarrollar el concepto de alfabetización digital relacionado con el de brecha digital.
También tenemos el enfoque hacia el uso de los recursos, que se refiere a la limitación/posibilidad que tienen las personas para utilizar los recursos disponibles en la red.
En los últimos tiempos, se ha integrado en el concepto de brecha digital las posibilidades de utilizar la tecnología no solamente para acceder a la información y el conocimiento, sino también a un nuevo modo de educación y para aprovechar de las “nuevas oportunidades” como el desarrollo de los negocios, la atención médica en línea, el teletrabajo, el disfrute de nuevas formas de entretenimiento y ocio.
Basados en estos elementos, muchos de los organismos internacionales han definido una política de desarrollo orientada a la reducción de la brecha digital. Sin embargo, a pesar de la evolución en el concepto, se enfatiza principalmente en el desarrollo de la infraestructura tecnológica. Las inversiones y las políticas nacionales para la reducción de la brecha digital siguen orientadas principalmente hacia el desarrollo de la conectividad.
Si analizamos en cambio, el proceso de innovación externa, los avances tecnológicos, y las necesidades internas, es fácil darse cuenta que la brecha digital no sólo no se esta cerrando, sino que por el contrario esta se esta ampliando, ya que no faltan computadoras y acceso tecnológico sólo en las provincias y escuelas más alejadas, sino que no existen políticas públicas claras sobre el uso de la tecnología y su desarrollo.
La sociedad del conocimiento, no es un elemento que podemos copiar o comprar con facilidad, no es gastar solamente en equipos de cómputo, sino que es la consecución de un proceso de cambio y transformación, que puede tomar muchos años si se lleva a cabo de la manera errónea, no surge espontáneamente, sino que es una evolución de la sociedad de la información, basada en redes, esto es que las comunidades o grupos humanos, primero deben haber aprendido a usar la información para crear desarrollo. El valor agregado que van dando a la información, la capacidad de saber como usarla (“know-how”) y la suma de otros elementos culturales van perfilando una sociedad en la cual el capital humano adecuadamente educado pueda ser capaz de elevar el nivel de vida de su entorno.
El acceder a la sociedad del conocimiento, y por ende cerrar la brecha digital, implica algunos elementos básicos, tales como: facilitar la conectividad de todos los miembros de la sociedad, lograr que las diferentes instancias de gobierno faciliten el acceso a la información y a la gestión a los integrantes de su comunidad por medios electrónicos de los cuales incluso los más pobres puedan integrarse en este proceso, mejorar el nivel de uso y desarrollo de TIC, no creando cursos u obligando a aprender paquetes informáticos sino facilitando el acceso a software que satisfaga las necesidades de los diferentes grupos humanos.
Es imprescindible que se den políticas públicas claras sobre lo que se va a hacer y la forma de hacerlo, para cerrar la brecha digital, a partir del gobierno central, de los ministerios competentes y de los gobiernos regionales.
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