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miércoles, 8 de julio de 2009

EL PRÍNCIPE Y EL LEVIATÁN



En “El Príncipe” de Maquiavelo se destaca la tesis de que la Historia nos enseña mucho más que lo que otorga la imaginación, pues al mostrarnos hechos reales, de ella podemos obtener consejos basados en la realidad para que éstas sean útiles. Es entonces necesario partir de lo que existe y ha existido, no de lo que pudiera existir.

La argumentación mostrada en la obra de Maquiavelo es sistemática, dándonos a conocer los pormenores relativos al señorío que se manifiestan en Repúblicas o Principados, y es en éstos donde infiere su análisis. Tres aspectos serán tratados fundamentalmente: los tipos de Principados y cómo se adquieren, el Gobierno de los Principados y la milicia, y los deberes del Príncipe. Considero esta tesis como central, siendo las siguientes a las que he de hacer mención como secundarias: La armonía política depende del brazo de un buen príncipe; el fin justifica los medios si se pretende el bienestar social; existió, existe y existirá una doble moral en el mundo económico, político y social.


En “El Leviatán” de Hobbes tenemos la tesis central del contrato social, la necesidad de un pacto que garantice el beneficio mutuo. Y tomo de esta obra como ideas secundarias las siguientes: El hombre busca vivir en sociedad, siendo ésta una dura y pesada carga, por hallar seguridad, un precio que el hombre tiene que pagar debido a su debilidad. Se afirma que “El hombre es un lobo para el hombre”. El hombre es contemplado por Hobbes como un individuo maligno, que estando aislado es frágil y vulnerable, y por lo tanto, su fuerza solo puede provenir de la asociación. Sólo unidos surge la fuerza, con la particularidad de que el otro representa siempre un peligro potencial del que debemos protegernos. Por eso, el individuo delega parte de sus derechos y libertades, para que el nuevo cuerpo surgido de la asociación, el Estado o Leviatán, le garantice la seguridad requerida. Lo que controla la vida humana no es un fin, sino una causa, el mecanismo psicológico del animal humano. Los dos principios de la naturaleza humana: el deseo y la razón.

Respecto al rigor científico de la obra “El Príncipe” de Maquiavelo, éste podría sustentarse en la historia, dado que no hay ciencia que no se base en la experiencia; sin embargo, dado que es un mensaje con la finalidad de agradar a un príncipe, éste podría ser cuestionado desde esa perspectiva. En cuanto a Hobbes y su obra “El Leviatán”, éste es más racional en sus afirmaciones basándose en supuestos psicológicos que hoy pueden ser claramente comprobables con la psicología. Pero he aquí otra contrariedad, ya que la época en la que esta obra es escrita supone un mensaje de sumisión al hombre en general. Por lo tanto, ambas obras como aportes a la comprensión del mundo político y al mundo del hombre social en general son valiosas y alentadoras; pero vistas como mensaje, ambas obras corresponden a un propósito propio del tiempo y del autor de las mismas.

El modelo político planteado en “El Príncipe” responde a Repúblicas y Principados donde los tipos de principados pueden ser nuevos o totalmente nuevos, hereditarios o mixtos, pueden ser eclesiásticos que son aquellos que se gobiernan por fuerzas no humanas, es decir por la religión y sus leyes; también existen los principados civiles y son aquellos que nacen creados por el pueblo o por los grandes hombres. Asimismo, los principados se adquieren por la virtud o por fortuna, o ambas; cuando se adquieren por virtud es necesario contar con armas propias, cuando se adquieren por fortuna, se requiere la ayuda de mercenarios, tropas auxiliares u otorgando licencias a los soldados y a ciudadanos. Otra forma de adquirir los Principados es por medio del delito, que no implica adquirirlo por fortuna o virtud, sino bajo el vicio y el deseo, puesto que se utiliza la crueldad y la injusticia. Los principados pueden estar acostumbrados a vivir libres y con leyes propias o bajo un señor, los primero serán más difíciles tanto de obtener como de mantener, mientras que los otros, si se es virtuoso será más fácil. Un príncipe virtuoso supone ser competente en el arte de la milicia, debe cuidarse de los extremos, entre mezquino y liberal, compasivo y cruel, en todo caso el príncipe debe cuidarse de no ser odiado por el pueblo, porque de esta forma alentará las conjuras y el deseo de ser muerto por sus servidores o el pueblo. En el modelo propuesto, la estimación del pueblo es de gran importancia, y para llegar a obtener tal se deben realizar grandes empresas, premiar a los mejores ciudadanos y mostrarse hábil en las guerras extranjeras que le pudieran dañar, y nunca ser neutral.

El modelo político propuesto por Hobbes se basa en el aumento del poder jurídico, y el reconocimiento del egoísmo como móvil dominante de la vida. Por lo cual, las sociedades que surgen del hecho de la convivencia de los hombres son resultantes de sus acciones y reacciones recíprocas. Y las condiciones necesarias para una unión estable entre ellos no son la justicia y la honestidad, ni ningún ideal moral, sino las causas que provocan un tipo de conducta generalmente cooperativa. Es por ello, que la condición primera de la sociedad es la mutua confianza y el cumplimiento de los pactos, ya que sin ella no puede haber certeza de su efectividad, pero tiene que haber una presunción razonable de que las demás personas se colocarán en la misma posición. El estado con ello es un leviatán, y ningún hombre reverencia a un Leviatán. Es un artificio útil, bueno para la función que desempeña, pero no es sino el servidor de la seguridad privada. Y solo puede esperarse razonablemente el cumplimiento de los pactos en el caso de que haya un gobierno eficaz que pueda castigar el incumplimiento. Por ello, el gobierno significa ante todo, fuerza. Esta fuerza se justifica con el antiguo artificio de un contrato, un contrato que sin embargo, no obliga al gobernante. Para Hobbes, solo los individuos son capaces de actuar, de ahí que actuar colectivamente significa que algún individuo actúa en nombre de todo el grupo como su representante. No es el consentimiento, sino la unión lo que constituye una asociación. Y unión significa la sumisión de las voluntades de todos a la voluntad de uno.

Sobre la persistencia en la actualidad del pensamiento y la propuesta política de ambos autores, debo referir que ambas obras otorgan grandes alcances y por ello pueden considerarse de aplicación actual en todos los asuntos que corresponden al estado como tal. A lo largo del tiempo, desde que éstas han sido creadas por éstos dos estudiosos políticos, Maquiavelo y Hobbes, se han tomado en cuenta para comprender la realidad política, social y económica que nos rodea, de tal forma, que sus pensamientos persistirán como lo han venido haciendo hasta ahora, pese a las controversias que seguramente continuarán despertando en torno a la moral, donde ambos hombres parecen dejar por completo de lado, para sojuzgar la realidad al uso completo y total de la razón, lo que puede ser plausible desde un modo práctico, pero irreconciliable desde un punto de vista religioso.

1 comentario:

Verónica Cuchillo Paulo dijo...

Hola Carolus, ví tu página. Percibo tu hondo interés por explorar el por qué de ciertas circunstancias cotidianas y creo que las juzgas hábilmente, aunque no concuerde muchas veces con tu posición. Sigue adelante, tarde o temprano hallarás las respuestas que buscas.