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martes, 6 de abril de 2010

COMUNICACIÓN Y SALUD: LO CIERTO Y LO INCIERTO

La comunicación para la salud se define, según la Revista Latinoamericana de Comunicación 'Chasqui' como "la modificación del comportamiento humano y los factores ambientales relacionados con ese comportamiento que directa o indirectamente promueven la salud, previenen enfermedades o protegen a los individuos del daño".

Esta misma revista también la conceptúa como "un proceso de presentar y evaluar información educativa persuasiva, interesante y atractiva que dé por resultado comportamientos individuales y sociales sanos".
Si meditamos en estos conceptos, percibiríamos la tarea nada fácil la de quienes ejercen la comunicación para esta área. Más aún, si quien comunica padece de alguna enfermedad a la cual los médicos dicen no tener cura alguna, sólo vivir con el mal hasta donde sea posible.
Obligados a investigar sobre la salud y su contraparte: la enfermedad; podríamos aferrarnos a la medicina tradicional sin cuestionarla. Pero, nuestra responsabilidad va más allá, pues persuadir en las pautas del comportamiento de la población en pro de su salud amerita considerar que los problemas más complejos se encuentran en las soluciones más sencillas.
Similar situación me pone hoy ante ustedes colegas. Diagnosticada con Sindrome de Ovario Poliquístico (SOP), enfermedad asociada a la diabetes, al cáncer, a la infertilidad y otros males; acudí a la medicina tradicional, donde médicos y ginecólogos señalaron como tratamiento el consumo de pastillas anticonceptivas y/o el salir embarazada. Algún tiempo apliqué el primero, luego fue imposible seguir con los malestares que aquel camino sugería.
Apasionada por conocer de tal enfermedad, investigué hasta saber que no se conocía la causa de su origen y la cura de la misma. Algún ligero comentario sobre los alimentos y porsupuesto casos más graves aún, que devenían en diabetes y cáncer, fueron aspectos de los que nunca fui informada por médico alguno.
Sin asesoría apropiada, y con un régimen alimenticio sujeto a banquetes propios de quien ejerce el periodismo y las relaciones públicas, ricos en grasas y azúcares, conviví con el mal. Sólo las indicaciones de un amigo chino que ejercía la acupuntura me persuadieron de cambiar algunas pautas de comportamiento en mi alimentación. Una vez que él retornó a la China, sin su aliento, fue más difícil aún seguir con su tratamiento: "Seis meses sin carne, sin leche y sin sexo y acupuntura". Condiciones que el seguía en su alimentación, siendo el pescado la carne que si consumía, pero que estaba prohibida para mí. Después de todo -me decía- era yo la enferma, no él.
Tiempo después de revelarme con el régimen de comportamiento y fuera del control familiar en una distante provincia de nuestra serranía, aparentemente no sufrí daño alguno, hasta que retorné a Lima y aquí me reencontré con los malestares propios de la enfermedad. Poco después, conocería a Julio E. Zegarra Z., cuya amena conversación en torno al cáncer capturó mi atención.
Julio había tratado con éxito a personas que habían sido diagnósticadas con cáncer en fase terminal, inclusive aquellos a los que los médicos habían dado por desahuciados, enviados a sus casas a morir. Quise saber más y le seguí en sus visitas a los enfermos que cuidaba con la insistencia de un enamorado. Se cuentan entre sus primeros pacientes: él (cáncer a los ganglios), Sra. Berna (enfermera) y su alumna, Aldina (SOP, 28 años).
Sucedió un día en el cual, incrédulo ya de salvarse porque un primo padeció hasta la muerte del mismo mal: cáncer a los ganglios, se hundió en la depresión pues atravesaba una crisis emocional fuerte: divorcio e imposibilitado de ver al hijo al cual amaba con desesperación, y una crisis económica, pues no contaba con trabajo. Tuvo en aquel entonces un sueño con ángeles y luego una revelación rogando a Dios "Yo quiero vivir", después de lo cual con escasa fe, se rindió ante la idea de estar equivocado. Finalmente, al disuadirse de que nada perdía con ello, se entregó con alegría al afán de "vivir" lo más dignamente posible el mal, sin medicinas, sin quimio ni radio que le eran imposible costear.
Poco tiempo pasaría al verse a sí mismo mejorar, siguiendo intuitivamente lo que el corazón le dictaba hasta curarse por completo. Y no tardó mucho la llegada de gente que sorprendida por la mejora le buscó para probar la posibilidad... después de que la medicina tradicional no les ofrecía ya nada más.
Actualmente, 12 pacientes siguen su tratamiento, entre los que se cuenta la Sra. Daniela (Familia Arzola), a quienes visita con frecuencia porque sabe que de no supervisarlos, ellos podrían abandonarse y recaer. El apoyo familiar en estos casos es de vital importancia, voluntad interior y disciplina a prueba de toda tentación, pues en muchos casos el tiempo mínimo es de un año, solo que la mayoría siente la mejora en días.
No pude más frente a este caso que probar, y debo confesarte Julio, pues seguro lees esta nota, que pese a mi firmeza he recaído casi al cumplir la semana. Mi familia observó la mejora y su apoyo fue fundamental, pero a cada recaída he reiniciado y cada vez con mayor fortaleza. Agradezco tu insistencia en la comunicación para asesorarme, cambiar las propias pautas de comportamiento en alimentación y en la aplicación de la medicina a base de hierbas no fue nada fácil, aunque algunas veces ha sido muy divertido.
Los elementos claves de un programa de comunicación para la salud son el uso de la teoría de la persuasión, en la cual la repetición del mensaje es esencial; la investigación, tanto del público respecto a su comportamiento como de la enfermedad; y la segmentación de la audiencia, para la elaboración del mensaje apropiado; y un proceso sistemático de desarrollo de programas que permita fortalecer la construcción del mensaje hasta el logro del objetivo establecido.
Investigadores han concluído que la prensa diaria y las revistas en España cuando informan sobre cáncer parecen más propensas a discutir los tratamientos agresivos y la supervivencia frente a la mortalidad, el fallo de los tratamientos o los efectos secundarios y casi ningún medio menciona los cuidados necesarios, ni la prevención del mismo. Es decir, ningún medio profundiza en la enfermedad y cómo la viven los que las padecen.
Los intereses de los grandes laboratorios en lucrar con la vida de la gente ha sido puesto en cuestionamiento en males como la epilepsia, el cáncer, el sida y muchas otras. Confiar totalmente en quienes dicen que "ya no hay nada por hacer", "no hay tratamiento", es sólo comprender que aún no han visto la causa y por lo tanto no alcanzan a comprender la enfermedad, o quizá dejarían de ganar los considerables ingresos a su propio favor.
Se estima que uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres serán diagnosticados con cáncer en su vida, de ellos la mitad morirá de cáncer o de complicaciones asociadas. Yo quise probar, como Julio en su pobreza y herido emocionalmente lo intentó en el pasado y hoy es una persona hiperactiva y desesosa de dar esperanza a aquellos que quieran darse a sí mismos una oportunidad, después de que ya lo intentaron todo.
Comparto con ustedes estos alcances porque así debe ser. A todos aquellos que sufren estos males, tengan fe en que en ellos hay un mensaje de cambio, y que este cambio significa un gran reto en nuestras vidas y que las debemos sobrellevar con alegría y entusiasmo por cada día que nos queda de vida. Seamos justos con nosotros mismos y con los demás.
Si deseas contactar con Julio, escríbeme a gatanube@gmail.com.
¡Qué Dios te bendiga!

FUENTES:

aDn,es. La información de los medios de comunicación sobre cáncer presenta una visión demasiado optimista, según estudio. http://www.adn.es/lavida/20100316/NWS-2049-comunicacion-informacion-demasiado-optimista-presenta.html#a_comentarios

Revista Latinoamericana de Comunicación "Chasqui". Comunicación y promoción de la salud. http://chasqui.comunica.org/coe.htm

5 comentarios:

José Luis Carvajal dijo...

Muy interesante, llegué hasta ti, pinchando en mi perfil "poesía" (amor que compartimos). Te invito a pinchar en mi nombre y visitarme. ¡Bendiciones!

José Luis Carvajal dijo...

¡Te felcito, escribes muy profundamente! Seguimos en contacto. Besos y bendiciones (gracias por lo que me escribiste, me encantó).

Anónimo dijo...

nos consta que el cancer es curable, por metodos naturales como los aplicados por Julio Zegarra, asi como muchas otras enfermedades consideradas como incurables por los doctores que sin saberlo sirven los intereses de las farmaceuticas inmorales (la mayoria), por algo en 2009, la farmaceutica Pfizer recibio multa de 2500 millones de dolares en EEUU, vean el siguiente video informativo, de denuncia: La conspiracion medica del cancer E.Griffin NOM parte 1 de 6 subtitulos español
http://www.youtube.com/watch?v=pQI22JgFuW4

Verónica Cuchillo Paulo dijo...

Jose Luis:

Yo te felicito a tí por el permanente empeño en seguir a Dios... Cada uno desde el lugar en el que se encuentra rendirá cuentas. Nuestras acciones reflejan nuestras creencias.

Bendiciones para tí.

Verónica Cuchillo Paulo dijo...

A mi amigo anónimo:

Felicito tu comentario. En realidad existen demasiados intereses en aprovechar la desesperación de nuestros hermanos enfermos de cáncer, a quienes ciega el temor a la muerte. Considero, sin embargo, que no son los laboratorios el problema sino la mentalidad que se aferra a ellos por ignorancia, costumbre, miedo y escaso amor a sí mismos.