Un Blog sobre comunicación, mensajes y medios.

martes, 17 de noviembre de 2009

ESPIONAJE Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

"El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca". -Sun Tzu
"Golpear al enemigo cuando está desordenado. Prepararse contra él cuando está seguro en todas partes. Evitarle durante un tiempo cuando es más fuerte. Si tu oponente tiene un temperamento colérico, intenta irritarle. Si es arrogante, trata de fomentar su egoísmo".-Sun Tzu

Espionaje es la práctica y conjunto de técnicas utilizadas para obtener información confidencial. Históricamente, las técnicas más usadas son el soborno y el chantaje. También la infiltración es una de las más conocidas; por el cual, se utilizan personas “topo”, los que después de ganarse la confianza de quienes poseen y manejan la información, acceden a ésta.

El uso de “informadores” puede ser eficaz para quien espía como para quien es espiado. Es común que al ser descubierto, el “informador” se vea obligado a actuar conforme a los intereses del espiado. La contrainteligencia, actividad de evitar que el enemigo obtenga información secreta, mediante la desinformación es otra de las alternativas predilectas. Asimismo, el contraespionaje dirigido contra el sistema de espionaje de un enemigo, reclutando agentes en órganos de inteligencia extranjera, suele ser otro de los recursos de mejor acceso a la información. La selección de la técnica dependerá de quienes participan en este juego del espionaje, particularmente de la personalidad del “jugador”.

La mayoría de los gobiernos tienen organizaciones que satisfacen este papel. Mientras mayores sean los intereses que se buscan, mayor énfasis habrá en el espionaje y en otras acciones que acompañan a esta actividad.

Si examinamos fríamente el caso de Chile y Perú, considerando la personalidad de sus líderes, podremos entonces llegar a interesantes conclusiones.

Chile ha revelado ser más práctico, concreto e incluso muy inteligente al aprovechar las oportunidades que se le presentan. Suele proceder sin culpa con miras a un desarrollo y crecimiento deseado. Posee además una historia de dictadura, a la cual si bien critican, también agradecen, ya que ese pasado construyó su presente, pese al dolor de muchos de sus episodios históricos. Es un país pujante, pese a lo difícil de su ubicación; soberbio porque se considera europeo. De agilidad mental y de una cultura cada vez más libertina, son siempre más racionales que emocionales. No habrá peruano que se sorprenda del respeto a las normas que existe en Chile, del orden en sus ciudades y de su admiración por la cultura Europea.

Perú, por su parte, ha recibido calificativos diversos a lo largo de la historia. Algún psiquiatra hasta le consideró como un “esquizofrénico”, mientras algún otro le llamó “País adolescente”. Lo cierto es que no hay país más conflictivo que el nuestro al momento de esclarecer sus intereses. Por ello, nunca sabe bien lo que quiere. Es este un país con mucho ingenio y picardía, ingenuo y melancólico, frenético en el momento de defenderse cuando se siente lastimado, conservador y sentimental. Es pues, un país más emocional que racional. No habrá chileno que no se sorprenda de que aquí comamos tanto ají, seamos tan salameros y a la vez tan “puros” para ellos.

Apenas son tenues pinceladas para describir a estos dos países que protagonizan los encabezados de la prensa. Por cierto, ambos tienen medios de comunicación que se aúnan a los intereses ¿del pueblo o del presidente?.

La prensa chilena señaló que su presidenta Michelle Bachelet increpó al mandatario peruano Alan García por revelarse el caso del militar peruano que espiaba para Chile, Víctor Ariza, en pleno Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC), en Singapur. La queja de Bachelet era que, de acuerdo a los medios sureños, Perú utilizaba los foros internacionales para afectar la imagen de Santiago. Meses atrás, en agosto, en la reunión de Unasur en Argentina, Alan García denunció “un pacto bajo la mesa” entre Chile y Bolivia por el tema marítimo y exigió que dicho acuerdo fuera revelado en el encuentro.

Mientras, a los generales peruanos no les cabe duda de que Chile se está preparando para la guerra. Son 2.000 millones de dólares que Chile ha invertido en armamento, desde que Michelle Bachelet llegó a la presidencia, realidad que da sustento a Perú. La flota de aviones de la Fuerza Armada Chilena es la segunda más moderna de Sudamérica, después de la de Brasil; su armada cuenta con dos submarinos Scorpene de última generación, fabricados en España y Francia. Las fuerzas terrestres poseen 342 tanques alemanes del tipo Leopard y sistemas de artillería AIFV de origen belga. El arsenal chileno está concebido para el ataque. La prensa peruana dio realce a estos “pequeños detalles sin importancia”.

En el aspecto mediático, Chile demostró ser muy hábil para vender una imagen de éxito al exterior. Por el contrario, en Perú, los medios no desprecian la oportunidad de divertirse con las propias torpezas llevando al extremo los aspectos más irrelevantes. Mostramos una imagen por lo general de “conflicto”. “País de maravilla y de peligro” piensa el exterior de “Perú”.

Veamos a los líderes de estos países hermanos:

Bachelet, dama prudente e inteligente, no tolera los escándalos y ninguna mancha en la imagen de Chile. Optó por el silencio. Olvidó que “quien se pica pierde” en el juego político. Mientras en comunicación, “la no respuesta es una respuesta”. Es natural, no está acostumbrada a los escándalos como en Perú. En tiempos de crisis, lo mejor es callar y esperar, hasta que se tenga “lo oficial”. Procedió con corrección. Aunque esa espera supone “negociaciones secretas”.

García, por su parte, caballero de buen ingenio y de inigualable astucia, con memoria fotográfica y de oratoria magistral, no olvidó las arremetidas de Chile. Decidió recurrir a sus mejores aliados: los medios de comunicación. “Quien golpea primero, golpea dos veces” y tal parece que su golpe fue eficaz. Perú es suceptible a Chile en provocaciones. Lo inevitable era actuar siendo los primeros en informar. Guardar silencio para este caso hubiera sido signo de debilidad. Expresiones como “Estos son actos repulsivos que no corresponden a un país democrático y que dejan muy mal la presencia de Chile ante el mundo”, “Si el avance económico del Perú genera temor y complejo y origina este tipo de comportamientos propios de una republiqueta y no de un país democrático, lo lamentamos”, “Quiero decirle a los peruanos que van en este acto de espionaje un homenaje a la grandeza y al crecimiento del Perú”, fue una forma elegante de dejar en claro a Chile quién tiene el control mediático.

Las capacidades de Chile y Perú se ponen de manifiesto. Uno con mayor poder económico que el otro. Uno que se arma y otro que no se arma, uno tiene claros sus objetivos, y el otro sigue “confundido”. Ninguno de estos pueblos quiere guerra, son los intereses de sus líderes los que están en juego. Fueran cuales fueran estos intereses, la guerra nunca será el camino del “justo”, solo de aquél que decidió ganar cierto “bienestar” a costa del dolor del otro. Por increíble que parezca, aún hay quienes piensan que el camino de la violencia es el único camino.

Chile y Perú son países hermanos. Tales "lazos de hermandad" son frágiles a lo largo de nuestra historia, porque Chile como vencedor en la Guerra del Pacífico asumió una deuda con el Perú, pues tal guerra no le correspondía. Estos lazos deberán fortalecerse, hay necesidad de "grandeza" por parte de ambos países.

Pero, el espionaje existe. Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, existen técnicas que permiten obtener información objetiva como fotografías, conversaciones, etc. Tanto para el espionaje como para la protección de la información es necesario estar preparados. Preparados para asumir toda situación con inteligencia.

4 comentarios:

c. Manuel Salvador Cama Sotelo dijo...

Estimada Verónica: El espionaje siempre ha existido en todas las latitudes y en todas las civilizaciones. El espionaje siempre existirá, mientras existan las posibilidades de guerra, mientras existan las ansias de poder y búsqueda de enriquecimiento. Por lo tanto, mientras el hombre exista sobre la faz de la tierra, bajo la concepción materialista y "nacionalistas", el espionaje será inevitable, como el tiburón es a la rémora.
En el caso actual de espionaje contra el perú por parte de Chile, debo decirte que esto no es nuevo. Desde la guerra del pacífico tuvimos traidores y espías y hasta un ex presidente ocupó la gran página de traidores. En la conquista, tuvimos un traidor llamado "Felipillo" que a su vez hizo una labor de espía contra nuestros incas, a favor de los españoles.
No olvidemos que Vladimiro Montesinos fue acusado y procesado por espionaje en el gobierno militar. Pero Fujimori lo "recicló" y lo contrató coo su hombre fuerte en su infeliz dictadura.
Finalmente, para decirte que el tema que haz tocado es sumamente interesante por lo oportuno y por el enfoque propuesto.
Valga la aclaración que el pueblo es una cosa y el gobierno es otro. El pueblo chileno, así como el peruano, ecuatoriano, etc. es contrario a las guerras y por ende a los espionajes. Son los gobiernos de turno quienes manipulan situaciones para mantenerse en el poder. Los gobiernos de turno chilenos casi siempre han trastocado los temas territoriales, armamentos, etc. para "mantenerse en vitrina". Es una necesidad permanente. Nuestro gobierno no debe caer en la provocación. Simplemente debe armarse en silencio, no descuidando por supuesto el aspecto educativo. tengamos presente que sólo una educación sólida en valores, será capaz de construir una nueva sociedad, con individuos conscientes y capaces de defender a nuestra patria con la solvencia moral requerida.
Un abrazo,

Anónimo dijo...

Viendo la historia de la humanidad, el requerimiento de mayor informacion de la otra persona, del otro bando o del otro reino era primordial para los que detentan el poder. El obtener la informacion de sus fortalezas y debilidades del enemigo, permitía planificar politicas y estrategias de invasión o de conquista al vecino.

Aun hoy, en tiempos de la globalización, el espionaje tiene la misma finalidad. La tecnología es un gran aliado, pero el recurso humano sigue indispensable... he aqui los traidores entran a la escena ¡viles judas!

Cabe resaltar la hermandad entre los pueblos chilenos, ecuatorianos y peruanos, amantes de la paz... siempre con vision de futuro para un mundo mejor.

El descredito de la clase politica, la corrupcion imperante en el aparato estatal hacen un caldo de cultivo para casos com los que ha conmocionado al país y a las fuerzas armadas.

Ante esta situación, se requiere cambios en el Estado, planificar el camino que debe recorrer el país, que el Estado no sea solo una meta de demagogos y ladrones a costa de los ciudadanos.

Sanción ejemplar a los militares traidores y la planificada renovación del material de guerra de nuestras Fuerzas Armadas..

Verónica Cuchillo Paulo dijo...

Efectivamente Manuel, Chile muestra gran interés por Perú. Pero no debemos olvidar que igual o mayor interés tienen otros países en sacar provecho de un conflicto entre Chile y Perú.

Verónica Cuchillo Paulo dijo...

A mi anónimo amigo:
Traidor es aquél que deja de lado todo principio, abandona una causa justa, prefiriendo su propio bienestar a cualquier precio. Tenemos muchos de éstos en el mundo. Lo más importante aquí es que mientras alguien permanezca firme a los ideales patrióticos y de servicio a los peruanos, tendremos "esperanza".

Por otra parte, evitemos cae en "juegos" propuestos por "otros", ya que si observamos bien, tenemos espías de otros países. Hay un afán por despertar el conflicto interno (la selva exacerbada por chavistas por ejm.), y el conflicto externo (Chile y su poderosa armada). Pongamos atención que los buitres del Chavismo acechan y tenemos políticos en Perú que representan tales intereses.

Siempre insistiré por la paz y que nuestras mejores armas son la razón y la fe en Dios y en los hombres. Seamos inteligentes en mente y alma.