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lunes, 22 de marzo de 2010

LA COHESIÓN SOCIAL PARA EL DESARROLLO

La cohesión social se define como la capacidad de una sociedad para asegurar el bienestar de todos sus miembros, al minimizar las disparidades y evitar la polarización. Según esto, una sociedad cohesionada es una comunidad de individuos libres que se apoyan mutuamente y persiguen ciertos objetivos comunes a través de medios democráticos. La importancia de la cohesión social radica en el desarrollo que ésta supone para toda una sociedad.

La desigualdad se convierte en uno de los factores clave que van a determinar la trayectoria de una sociedad entre niveles de fragmentación y cohesión. Por tanto, para poder lograr la cohesión social necesaria para el desarrollo sostenible, la Región tiene que vencer los grandes desafíos que presenta en materia de desigualdad.
La cohesión social es vista como un medio más que un fin, un medio que permitiría alcanzar logros en la Región tales como un mayor crecimiento económico. Los desafíos que plantea el crecimiento requieren de sociedades flexibles, con capacidad de adaptación e innovación, y con facultades para anticiparse a los cambios y no solamente limitarse a padecerlos.

Así es como se sientan las bases para la construcción de un índice de cohesión social que permite luego explorar la relación que diferentes niveles de cohesión social tienen con los productos del desarrollo, a saber: el crecimiento y la competitividad, la capacidad de resistencia a los choques económicos, el potencial de innovación tecnológica y la gobernabilidad democrática.

La exclusión en América Latina tiende a estar asociada con factores sobre los cuales los excluidos no tienen control: su origen étnico-racial; características como género, edad y capacidad física; y la ubicación geográfica. Las dimensiones de género y de origen étnico-racial son las que afectan al mayor número de población excluida de la Región.

La falta de control sobre las condicionantes de la exclusión puede generar sentimientos de injusticia, violencia y conflictos, así como problemas de gobernabilidad. Grupos importantes de la sociedad se han desconectado, funcionando al margen de las instituciones y los mercados formales. Dichos grupos buscan refugio en nichos, creando a veces verdaderas “naciones independientes” con territorio, normas y sistemas de gobierno propios.

Los segmentos correspondientes de la población se apoyan en redes sociales de confianza mutua en lugar de servirse del sistema judicial oficial y del sistema público de seguridad social como marcos de referencia. La informalidad se convierte en una característica intrínseca a estos grupos: son informales sus relaciones de trabajo, sus propiedades y viviendas, sus arreglos matrimoniales e incluso su propia existencia, como en el caso de los indocumentados.

Las brechas salariales entre trabajadores aumentaron en función del nivel de educación al mismo tiempo que el salario promedio real tendía a bajar. La desigualdad salarial, aunque varía en intensidad entre países, se ha exacerbado en la Región en el contexto de la liberalización de los mercados y del cambio tecnológico, al aumentar la brecha entre trabajadores calificados y no calificados. En comparación, en el Este Asiático las diferencias de salarios han tendido a reducirse en un contexto de crecimiento mucho más dinámico.

Si se define el desarrollo humano como la expansión de las capacidades y la libertad de las personas para elegir entre diferentes opciones, se entiende sin dificultad la importancia de acceder a niveles adecuados de educación, salud y protección social.

Comparada con el resto del mundo, la Región se ve afectada por un problema de calidad educativa. El acceso y la permanencia de los hijos de las familias pobres en la educación secundaria, vocacional y terciaria siguen siendo bajos, como lo es la probabilidad de que estos niños terminen la escuela primaria e ingresen a la secundaria. Un importante factor de segmentación educacional es la localización espacial.

Combatir la pobreza también significa fomentar el acceso de los pobres a infraestructura y servicios básicos, especialmente agua, saneamiento, electricidad, vivienda y el mejoramiento del hábitat urbano. Las grandes ciudades latinoamericanas presentan situaciones de extrema desigualdad en la provisión de infraestructura y servicios urbanos y sociales.

Que varias democracias de la Región hayan sufrido severas crisis económicas y/o conflictos internos obstaculizan el proceso de cambio, donde deberemos considerar el grado de institucionalización y su calidaNegritad en términos de inclusión, eficiencia de la representación política, imparcialidad, acceso a la justicia, y efectividad y neutralidad del Estado.
Otros signos de dificultad incluyen transferencias irregulares de la autoridad presidencial en algunos casos, el bajo grado de confianza ciudadana en las instituciones democráticas y de satisfacción con la democracia, el poder de las protestas callejeras en vetar decisiones llevadas a cabo a través de instituciones representativas formales, y un cierto grado de volatilidad electoral para apoyar a los partidos políticos.

La democracia está fundada en la noción de la toma de decisiones a través del consenso y del compromiso y está basada en la presunción de la igualdad política entre los ciudadanos. El análisis de niveles de cohesión social y desarrollo se basa en la necesidad de la Región por profundizar la cohesión social como estrategia para enfrentar los desafíos tanto internos como externos en un contexto de globalización que requiere de sociedades flexibles y capaces de adaptarse.
Altos niveles de cohesión social deberían verse reflejados en un funcionamiento más eficiente de los principales componentes del sistema político institucional: eficiencia en los procesos de formulación de políticas; calidad de las políticas de desarrollo, y capacidad de blindaje contra eventuales choques políticos.

Ejecutar proyectos y conseguir que un país se mueva hacia mayores niveles de bienestar implica necesariamente ser capaz de generar recursos, pero también de saber gastarlos. Los Estados recaudan poco, y parte de estas entradas se pierden por ineficiencias en el gasto; en unos casos, consecuencia de un mal diseño o mala instrumentación de las políticas; y en otros, porque los recursos son desviados hacia otros usos. A esto se puede añadir el hecho de que en sociedades altamente fragmentadas, el Estado no consigue llegar a ciertos sectores poblacionales.

El BID sostiene que este está fuertemente presente en campos directamente ligados al fomento de la cohesión social, al mismo tiempo que asegura que por la propia idiosincrasia de América Latina, se convierte en la región más desigual del mundo, asegurando que una de las primeras tareas a las que la Región tiene que enfrentarse es la de reajustar la estructura de distribución de oportunidades entre los individuos, donde la voluntad política tiene que concretarse en las estrategias de inversión de los países.

Tal extensión manifestada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) obvia criterios sociológicos en torno a América Latina y su problemática. En nuestro país, por citar un ejemplo, los programas sociales, enfocados como están, más daño hacen al país que generarle bienestar. No es el desarrollo lo que se persigue sino el retraso conveniente para algunos grupos sociales.

El concepto de cohesión social es aplicable en la medida en que la diversidad cultural no fuera tan alta como sucede en nuestro país. Las iniciativas políticas no unifican criterios, se avanza como se puede. En medio de la improvisación, es lógico comprender que las medidas adoptadas en el ámbito económico beneficien solo a unos pocos y no alcancen a los más pobres.

BIBLIOGRAFÍA
Banco Interamericano de Desarrollo. La Cohesión Social en América Latina y el Caribe. Análisis, acción y coordinación.

jueves, 4 de marzo de 2010

ORGANIZACIÓN Y PROYECTO CORPORATIVO

La Comunicación ocupa un lugar relevante en las organizaciones por tres razones: la tecnología, la globalización y los cambios culturales.

"Organización" es una construcción plural instituida en el quehacer cotidiano de sus miembros, donde la comunicación no refleja la realidad, sino que es formativa, pues crea y representa el proceso de organizarse. Por tanto, la Comunicación Estratégica nace y se desarrolla en sociedades donde conviven un sistema político democrático y una economía abierta de mercado; lo que supone a su vez, un grado de individualización y libertad de las personas y los mercados. Asimismo, deberá existir un sistema sofisticado de medios de comunicación masivos, ya que la ausencia de influencia de medios de comunicación tiende a retrasar o debilitar el crecimiento de la Comunicación Estratégica.

En este tipo de contextos, la autoridad central se ejerce a través de la emisión de señales con capacidad persuasiva, no a través de la dictación de órdenes o normas. El uso de los símbolos es importante, pero para los gobiernos es vital la prensa, el medio preferido a través del cual comunican las señales que desean hacer llegar a las diferentes audiencias. Y cuando este medio más independiente sea del gobierno, mayor credibilidad tendrán las señales que emite a través de su medio.

El individuo es el que prevalece en importancia en la sociedad de hoy en día, pues ahora el individuo y no los colectivos quien lucha a favor de la protección del medio ambiente, el cuidado alimenticio, el rechazo a la violencia política, etc. encontrando formas de expresión a través del consumo y los medios de comunicación, de los cuales depende para afirmar su identidad y a los que tiene que alimentar para reconocerse en ellos cada día. Se trata pues, de un individuo mucho más exigente que los que hayan existido anteriormente, hallándose las organizaciones en el centro de todas sus exigencias. Individuo que como consumidor actúa como un ciudadano investido de plenos derechos; y como ciudadano actúa como un consumidor libre para elegir lo que mejor oferte a su conveniencia.

De esta forma, la sociedad actual prefiere la transparencia y rechaza el secreto, logrando así que este último sea una fuente eminente de noticias cuando es descubierta la actuación de una autoridad, institución, empresa o personaje público. Y es por esta razón, que resulta percibir dos vertientes en la actitud periodística: el periodismo de investigación y la prensa doméstica. Por ello, este tipo de prensa permite que los medios de comunicación le brinden amplios espacios, permitiendo que se incremente la denuncia directa de la gente.

El peso de la opinión pública se manifiesta en los medios de comunicación que no pueden decirnos qué pensar, pero sí sobre qué pensar, determinando lo que es más importante; mientras la centralidad de los medios de comunicación quedan claros en la sociedad actual, por lo cual el poder se fragmenta y queda ese espacio: la opinión pública.

Todos buscan la atracción de los medios de comunicación, los cuales ya no dependen de los partidos políticos ni actúan como correas transmisoras de corrientes ideológicas, desenvolviéndose con una lógica industrial propia, que busca maximizar su rentabilidad mediante el impacto público.

Los fundamentos en la actualidad son de proximidad e informalidad, pues vivimos en la era de la televisión. La relación empática o afectiva desplaza al contenido, los sentimientos se imponen a las razones, la persuasión de la palabra cede a lo atractivo de las relaciones, lo espontáneo a los rituales. Así se transforma el tipo de comunicación de políticos, gobiernos, empresas e instituciones, así como sus estilos de relación con la opinión pública. Logrando que la empresa esté socializada, y que hoy en día, toda organización sea prácticamente una entidad pública. El acceso a la información a través de los medios hace permisible el ingreso del público en todo lo que quiera incursionar respecto de todos los sectores sociales.

Las culturas corporativas tienden a abrirse como señal de transparencia y confianza, no siendo su producción el mayor de sus atractivos sino las imágenes que proyectan entre los consumidores. Es por ello que, el factor determinante de estos tiempos es la satisfacción de los empleados. Ésto además invita a las organizaciones a no sentirse seguras en sus antiguas fronteras, ninguna está cómoda en su puro negocio y ninguna además quiere dejar espacio libre a sus competidores, motivándolas a tomar nuevos espacios, ampliando sus fronteras y estar presentes en la mente de su público de este modo.

Enfatizamos entonces, que el espacio público de hoy lo ocupa el consumo. Y siendo así, la consideración de los bienes en su triple capacidad es relevante: funcional, simbólica y comunicativa. De igual manera, se multiplican las crisis o conflictos, los cuales se formulan en la actualidad como una norma que no puede ser evitada. Estas crisis, que suelen ser fugaces y volátiles, nacen de problemas objetivos, así como también de la forma en que se las enfrenta. No tienen centro ni arbitraje, no existe autoridad formal alguna que pueda dirimir un conflicto en forma clara y definitiva, no existe además la indulgencia de los medios de comunicación.

Tomando en cuenta todas estas consideraciones, debemos tener presente como relacionistas públicos, de los tres niveles de actuación que determinarán nuestra labor: potenciar los vínculos sociales la organización como un fin en sí mismo y no con propósitos instrumentales, formalizar la identidad corporativa en un proyecto corporativo que concilie los objetivos de los accionistas y los altos mandos con los objetivos de más amplio respaldo en la organización, y facilitar el desarrollo de los proyectos clave de la organización, buscando convertir éstos también en herramientas de cohesión interna.

Por lo tanto, la formulación de un proyecto corporativo de relaciones públicas permitirá precisar todos los pasos a seguir para alcanzar las metas y objetivos de Relaciones Públicas que a su vez ayudarán a concretar los objetivos de la organización en el mercado. En sus diferentes etapas, este proyecto contribuirá a organizar y desarrollar las actividades de Relaciones Públicas, a fin de que puedan ser evaluadas. Finalmente, debe concebirse tal proyecto dentro de un marco de Comunicación Estratégica, y no simplemente como una herramienta de comunicación.
Bibliografía
Tironi E. & Cavallo, A. (2004). Comunicación Estratégica.
Ferrari, M. (2006). La comunicación como apoyo estratégico en la empresa.

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