
Quienes sostienen que los gobiernos no cuentan con las preferencias de los ciudadanos, sea en forma parcial o total, aseguran que la población en estudio no tiene los conocimientos suficientes para convertirse en el indicador esperado por cada partido político participante. Mientras, los defensores de las empresas encuestadoras optan por no enfocarse en el fondo del cuestionamiento, sino en los efectos minimizados por la inmediatez de los datos obtenidos, válidos solo para el momento.
Las encuestas políticas se crearon con el fin de conocer las necesidades de los votantes. Con el tiempo, se convirtieron en indicador persuasivo e instrumento de confianza en las contiendas electorales. Este último aspecto, frente al alto consumo y uso de parte de los candidatos políticos, asumió un costo particular: la escasa credibilidad de las encuestas, provengan de donde provengan. Esta situación responde a que el político es considerado un producto y la comunicación política en una red de mensajes cuyo propósito es captar el mayor número de votantes.
Aún muchos candidatos creen que la gente se cree todo lo que se publica, se oye y se ve. ¿Ingenuidad? Los comunicadores no podemos olvidar que todo mensaje será creíble en la medida en que nuestros receptores (población) quieran creer en ella. Si no les tomamos en cuenta, pecamos de omisión a la realidad.

Recordemos que en la última campaña para el período actual, la elección lejos de ser por el mejor candidato, ésta fue por el “menos malo” de los ya tan conocidos personajes políticos en contienda, pues la gente reconocía que “todos eran malos” y se eligió al que mejor representaba ese sentir de la población.
¿Qué estrategia utilizar? Mientras más activa la cultura de un partido político, mayores serán sus posibilidades de ensayo para determinar la estrategia adecuada, y si este Partido fue ganador alguna vez, que nunca olvide lo que le llevó al éxito.
Los tipos de encuestas políticas
1. Encuestas de evaluación o monitoreo de gestión: Estudios de repetición periódica, cuyo objetivo es obtener información sobre la percepción de la opinión pública sobre el gobierno, acciones gubernamentales, tomas de decisión, etc. Las encuestas aplicadas pueden utilizar las mismas preguntas si lo que se quiere es monitorear los cambios de opinión.
2. Estudios de imagen de personalidades de gobierno: Estudios cuyo fin es evaluar la percepción pública de un funcionario, dirigente político o autoridad pública, en cuanto a sus características y en comparación con otros personajes de la política.
3. Encuestas preelectorales: Se tienen:
a) Imagen de candidatos.- Se evalúa una lista de varios aspirantes a cargos públicos: si la gente los conoce o no, hasta dónde lo conocen, qué saben de él, cuales son las características que perciben en él (honestidad, firmeza, experiencia, formación, etc.).
b) Intención de voto: son estudios rigurosos previos a las elecciones en los que se hace el mayor esfuerzo por obtener información objetiva sobre las preferencias del voto. Bien realizadas son una herramienta fundamental y privilegiada para cualquier candidato.
c) Encuestas a boca de urna: son aquellas que se realizan el mismo día de las votaciones en las afueras de los lugares de sufragio.

Para establecer si la calidad de una encuesta es buena o mala, tengamos presente los siguientes indicadores (Obtenido en http://encuestasdeopinion.blogspot.com/2009/08/las-malas-encuestas-como-identificalas.html):
1) No se dice qué consultora, instituto u organización realizó la encuesta o sondeo.
2) No se indica qué diseño muestral se empleó, nada dice sobre la manera de selección de los encuestados, fundamental para la representatividad de los resultados de la encuesta.
3) El cuestionario presenta preguntas mal formuladas, por ejemplo, preguntando sobre conductas, más que sobre opiniones. Las preguntas dan pocas alternativas de respuesta, no miden lo que pretenden medir o presentan sesgo evidente ("qué es lo mejor que ha hecho el gobernante X, la acción a, la acción b o la acción c", no brindándosele la posibilidad al encuestado de opinar que no existe nada "mejor" o bueno que haya hecho el gobernante en cuestión. Este tipo de preguntas es frecuente en las encuesta políticas malas.
4) La encuesta es telefónica y al azar. Estas encuestas no son representativas y rara vez son generalizables los resultados de la encuesta a la población. Solo son un indicador, como algunas encuestas periodísticas (algunas pocas).
5) Se presentan resultados sin especificar la pregunta o las preguntas del cuestionario atinentes al tema. Se omiten opiniones significativas divergentes.
6) Los datos presentados con decimales revelan la inexperiencia de quien realiza la encuesta de opinión.
7) No se entiende. La falta de claridad expresa falta de intelección del proceso de investigación de las opiniones involucradas; no se sabe bien qué es lo que se ha hecho y qué es lo más relevante.
8) Es una mera descripción, trivial o casi trivial. En este caso, no se han empleado las herramientas metodológicas para explicar. La encuesta resulta inútil para explicar lo que no se observa, para brindar explicaciones profundas.
9) La encuesta la realiza una parte interesada. Por ejemplo, una encuesta política, electoral o de evaluación de gestión, etc., realizada por un partido político. Esto es muy sospechoso, los partidos políticos no son institutos de investigación, además revela improvisación y falta de profesionalidad, cuando no manipulación abierta.
Aquí encontrarás las encuestas políticas realizadas por el Departamento de Investigación del periódico Reforma durante 1999 y 2000. (Obtenido en http://politica.itam.mx/banco/banco.html)
Encuesta Pre-electoral
Encuesta de Evaluación
Encuesta Telefónica